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MIE 10.02.2016
“Saúl tiene absolutamente todo: buen juego aéreo, intensidad, puede jugar en cualquier parte de la mitad del campo, tiene gol, tiene buena salida de pelota…”. Son los elogios que Diego Pablo Simeone dedicó en sala de prensa meses atrás a uno de sus pilares, que se ha hecho imprescindible en el esquema colchonero tras la lesión de Tiago ante el RCD Espanyol gracias a su trabajo en cada entrenamiento y cada partido.
Y la recompensa a este trabajo, además de en minutos, se ha visto traducida en goles, toda vez que el pequeño de los Ñiguez es el segundo máximo goleador de su equipo en todas las competiciones (6). Algunos tan importantes como el que consiguió en el Estadio Da Luz de Lisboa para que los suyos acabaran imponiéndose al Benfica (1-2) en el partido que daba a los rojiblancos la primera plaza de su grupo en Liga de Campeones.
De central izquierdo, en el doble pivote o en cualquiera de las dos bandas, el jugador ilicitano ha demostrado a base de trabajo todo lo que esperaba de él la parroquia rojiblanca. Y es que hacerse un hueco en el once no ha sido fácil para un futbolista que empezó a entrenar en el primer equipo del Atlético con 15 años, cuando Quique Sánchez Flores vio el enorme potencial de un futbolista que aún era cadete.
. @SaulNiguez: "Tenía claro que iba a marcar, sobre todo después del fallo". #AtletiEibar https://t.co/jUUfJ8Lw0b pic.twitter.com/zzBbh6uqAM
— Atlético de Madrid (@Atleti) February 6, 2016
"La fuerza proviene de la voluntad del alma". Una frase, tatuada en su cuerpo, que define la personalidad de Saúl y que demostró en el último partido liguero. Después de perder el balón que permitió a Keko marcar el 0-1 para el SD Eibar, Saúl dio la vuelta al marcador con un testarazo que instalaba el 2-1 en el electrónico. Solventado el error, el canterano levantó las manos en señal de perdón ante una afición que se rindió ante la entrega de uno de los suyos. Porque, como dice Simeone, “Saúl tiene absolutamente todo”.
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