Raúl Tamudo, elegido 'jugador histórico' del RCD Espanyol

Natural de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), Tamudo desarrolló la mayor parte de su carrera deportiva en el RCD Espanyol, desde que recaló en las categorías inferiores del club de Cornellà. 

Debutó en LaLiga Santander defendiendo la elástica Perica en la temporada 1996/97, concretamente en marzo de 1997 con 19 años y Paco Flores dirigiendo el plantel desde el otro lado de la línea de cal. El RCD Espanyol visitaba el Rico Pérez para medirse al Hércules y en el minuto 57, con 1-0 en el marcador para los locales, saltó el joven delantero al terreno de juego por primera vez en la categoría, para anotar un importantísimo tanto en la remontada ante el conjunto alicantino. Un día soñado para cualquier jugador y un recuerdo imborrable en la memoria de los aficionados pericos, que vieron el primero de los éxitos de una de las leyendas históricas del equipo catalán. 

Desde ese momento y tras dos cesiones a otros clubes para continuar con su formación, Raúl Tamudo comenzó una larga trayectoria de unión al equipo de Barcelona, en la que compitió 11 temporadas consecutivas en la máxima categoría desde el curso 1999/2000. Asimismo, el portador del dorsal número 23, ostenta el título de jugador con mayor número de partidos disputados en LaLiga Santander con el equipo blanquiazul. Un total de 340 encuentros al frente del ataque perico, en los que consiguió anotar 129 goles hasta la temporada 2009/10, en la que jugó su último encuentro como futbolista del RCD Espanyol. Este adiós fue un punto y seguido ya que, no solo es un aficionado más, sino que sigue vinculado en la actualidad al equipo blanquiazul en términos de dirección deportiva. 

Colgó las botas en la temporada 2014/15 tras dos campañas militando en el CE Sabadell. Previamente había probado suerte en la Real Sociedad durante la temporada 2010/11 y las dos siguientes en el Rayo Vallecano. 

Aficionados pericos y del deporte rey en general conocen las cualidades de un futbolista con magia y un depredador del área que ponía corazón en cada jugada. Un bailarín perfectamente sincronizado con el balón, que se movía por el terreno de juego como pez en el agua. Aquel cuyas gestas son difíciles de olvidar, como el gol ante su eterno rival en los últimos minutos de la penúltima jornada de LaLiga Santander en el Camp Nou, allá por el 2007, la vaselina ante el Real Madrid en la temporada siguiente y la fantástica conexión con Iván de la Peña que torturó a los defensas rivales de la época.  

Inteligencia en el área y un gran talento fuera de ella, que regateaba, serpenteaba ante las piernas que pugnaban por quitarle el balón y se atrevía con disparos lejanos teledirigidos al fondo de la red. Su pasión por los colores 'pericos', sus ganas de triunfar con el equipo, su calidad y su talento, le han llevado a ser elegido ‘jugador histórico’ por delante de otros ídolos del club centenario, como Thomas N’Kono o Mauricio Pochettino en segundo y tercer lugar, respectivamente.