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JUE 06.10.2016
Sonaban los himnos, el Juventus Stadium rugía y el ambiente crecía en decibelios. A priori, esa espectacular animosidad de la grada beneficiaría a Italia, pero España supo cómo afrontar el partido desde el pitido inicial. Con la posesión como principal elemento de juego y Koke e Iniesta como directores de orquesta, los hombres de Julen Lopetegui dominaron el encuentro desde el principio.
Silva, moviéndose muy bien entre líneas, generó varias combinaciones de peligro y dejó gestos de lo gran futbolista que es. Una de las ocasiones más peligrosas que dejó España en la primera parte, sin embargo, llegó a balón parado. Dos de los jugadores más peligrosos en el juego aéreo de LaLiga, Sergio Ramos y Piqué, acudieron a rematar un balón que finalmente el central del FC Barcelona acabó rematando fuera.
El mismo guión continuó en la segunda mitad. El equipo español siguió presionando arriba tratando de que Italia no saliese con el balón jugado. Con apenas diez minutos de juego, Vitolo adelantó al conjunto dirigido por Lopetegui. Un gran pase de Busquets acabó en el jugador canario después de que Buffon no acertase a coger el esférico. El espíritu competitivo de una siempre combativa Italia le hizo intentar reaccionar al gol de Vitolo. Jaleado por su público y con el factor local como mayor compromiso fue a por el partido y empató el choque. Un penalti de Sergio Ramos sobre Éder terminó con el tanto de De Rossi desde el punto de penalti. De aquí hasta el final, Italia apretó buscando un tanto que ya no llegaría. Reparto de puntos en un partido en el que España arrancó un valioso empate a uno de Turín y que le sirve para seguir sumando en su camino al Mundial de Rusia de 2018.
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