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VIE 12.02.2016
El fútbol no necesita traductores. No importa de dónde vengamos o en dónde estemos, todos entendemos su lenguaje. Por eso, y porque todo ser humano entiende la pasión, somos leales a nuestras aficiones. Una como el fútbol, desde el punto de vista sociológico, es normalmente aprendida desde la cuna.
Como mexicana, crecí en una familia numerosa que disfrutaba de tardes de fútbol los domingos. Hasta el día de hoy cada reunión familiar, se convierte en un cónclave que debate qué equipo lo está haciendo mejor o qué jugador 'la está rompiendo'. Obviamente, nombres como Cristiano Ronaldo, Leo Messi y equipos como FC Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid y Sevilla FC monopolizan el 'ránking' en cualquier país, ciudad, región o idioma.
Los mexicanos tenemos grandes referentes de LaLiga en nuestra memoria. Hugo Sánchez en el Real Madrid, el paso de Rafa Márquez por el FC Barcelona, Carlos Vela en la Real Sociedad o Javier Hernández 'Chicharito' vestido de blanco han hecho vibrar a México.
Hace algún tiempo, por motivos profesionales, aterricé en Miami. En Estados Unidos, el fútbol continúa masificándose. Influye en ello el mercado hispano y una población con crecimiento exponencial, que lleva en la sangre la pasión futbolera. Pero no solo eso: ya en las generaciones más jóvenes del país, el fútbol es el deporte más practicado en las escuelas.
No es nada raro ver en 'Lincoln Road' o 'Miracle Mile', calles emblemáticas de Miami, pantallas transmitiendo los partidos de LaLiga, y grupos de amigos apasionados gritando gol y vistiendo la camiseta de sus jugadores favoritos que militan en España. La audiencia no solamente ha sido receptiva al contenido de LaLiga, lo pide, lo ve cada fin de semana y ya forma parte de su estilo de vida.
En una ciudad como Miami, multicultural y con alto porcentaje de población latina, el fútbol crea identidad, nos da sentido de pertenencia. Podemos ser de diferentes nacionalidades, pero hablamos un mismo idioma. Nos une el fútbol. Nos une LaLiga. Una Liga que es el perfecto ejemplo de cómo este deporte logra involucrar grandes masas de diferentes países al unísono de un gol. Me encanta que el fútbol acorte distancias, traspase fronteras y hable un mismo idioma.
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